La historia de supervivencia de Janek Schleifstein, un niño en la oscuridad del holocausto

Audiohistorias de Israel

La historia de supervivencia del niño polaco Janek Schleifstein, es similar a la contada por Roberto Benigni en su película La Vida es Bella. Janek, nació en el gueto de Sandomierz en 1941, en pleno vigor del régimen nazi, por lo que sus primeros años de vida, estuvieron acompañados del caos y el miedo. Fue escondido por sus padres en oscuros sótanos durante sus primeros 18 meses de vida, Así fue salvado de ser aniquilado por quienes consideraban a los niños un “estorbo”. A su húmedo y oscuro lugar de “reclusión” llegaban por turnos sus padres al finalizar sus jornadas de trabajos forzados. Ellos se arriesgaban a morir, para llevarle comida y su amor. Así, el niño Janek Schleifstein, creció bajo estratégicas lecciones de supervivencia, aprendió a quedarse inmóvil, a no llorar o reír cuando advertía algún sonido cerca. Aprendió también a comunicarse a través de susurros y a moverse con cautela. Rara vez percibía la luz del sol. Lo peor empezó a ocurrir, en 1943 cuando el grupo de judíos, en los que estaban sus padres fueron trasladados a un campo de concentración. Todo para él se hizo más difícil, su madre fue enviada a un campo de concentración diferente, y mientras otros niños y ancianos fueron fusilados, Janek logró sobrevivir gracias a al esfuerzo de su padre quien logró la complicidad de dos comunistas alemanes, quienes le ayudaron a idear escondites levantando las tablas del suelo del barracón. Ellos mismos compartían sus raciones de pan y agua lluvia con él niño. El niño logró evadir varios controles, gracias a que su padre le inventó un juego. Él le prometía tres terrones de azúcar a cambio de su silencio y obediencia. Con escasos Objetos sencillos para jugar, un gato que lo defendía de ser alimento de ratones y un montón de gracia que le salvó en un par de ocasiones cuando fue descubierto Janek Schleifstein, logró sobrevivir hasta el 12 de abril de 1945 cuando fue rescatado por el ejército Estadounidense. En 1947, a la edad de seis años, Janek se convirtió en el testigo más joven en los juicios que terminaron condenando a 22 oficiales, de los cuales 11 fueron ejecutados.